La iniciativa impulsada por estas dos vecinas de la ciudad lleva por nombre “Un espacio para crecer jugando” y solicita la creación de un espacio público de juego, adecuado para niños de la primera infancia.
Julieta es madre de Inés y Ana Paula de Benicio, de 3 y 4 años de edad respectivamente, y esta idea fue tomando forma durante las tardes compartidas en la Plaza Principal. “Optamos por no llevarlos a la Placita de Ejercicios Físicos porque se aburren, ya que el único juego al que pueden subirse son las hamacas de bebés, que por su edad tampoco les divierten. Faltan juegos, juegos modernos, toboganes y hamacas a la altura de ellos, túneles, juegos donde puedan trepar, que les permitan andar a tientas entre sus pasitos cortos y que ese tiempo sea de calidad, sin asumir tanto riesgo en los lugares de esparcimiento”, explicaron consultadas al respecto por Veradia.com.
“Sentimos la necesidad de presentar este proyecto no solo como mamás, sino como parte de nuestra comunidad, para expresar una necesidad sentida y compartida por muchas familias: la creación de un espacio público de juego seguro, adecuado e inclusivo para nuestros niños y niñas”, agregó Nosetti, señalando que el derecho al juego no es un lujo sino que está reconocido por la Convención sobre los Derechos del Niño y que es también una responsabilidad colectiva garantizar que ese derecho se cumpla en condiciones seguras, accesibles y dignas.
“Actualmente, nuestra comunidad no cuenta con un espacio de juego adecuado destinado a la infancia, sobre todo para los más chicos, de una edad entre 0 a 4/5 años”, continuó con su reflexión, considerando que, si bien existen espacios de juego como el que se encuentra instalado en el Paseo del Lago o la propia placita de ejercicios físicos, las opciones con las que cuentan están destinadas a niños de mayor edad: “Esos juegos quedaron antiguos, son peligrosos, están hechos con materiales pesados como el hierro”.
En la misma línea y como ejemplo para sostener sus argumentos, recuerda un episodio familiar: “La placita es la misma que ha estado ahí por décadas. Todavía recuerdo con miedo, la vez que mi hermana se cayó del tobogán alto, que luego fue retirado y en su lugar pusieron unas hamacas para bebés”.
Paternessi por su parte, destaca que, a través de su experiencia como trabajadora de la educación, reconoce la importancia de poder contar con un lugar de este tipo: “Es necesario un espacio que les brinde seguridad a la hora de salir a jugar y compartir con sus pares, para que el goce y el disfrute sea de todos, no solamente de los niños sino también de los cuidadores”.
“Esta realidad, que afecta directamente al desarrollo, también impacta en las familias, que nos vemos limitadas a la hora de ofrecerles un entorno para crecer jugando. Necesitamos un lugar pensado para ellos. Un rincón donde puedan ser simplemente eso, niños”, sumó Nosetti, detallando que ese espacio debería contar con juegos acordes a la edad, en los que puedan moverse con autonomía, explorar con libertad y sobre todo hacerlo de forma segura. “Como toda actividad, el juego debe evolucionar conforme al niño que crece. Esto no es nada más que un pedido de juegos, porque el juego no es solo un pasatiempo, es crecimiento, salud física y emocional, socialización, aprender a compartir, a esperar el turno, a resolver conflictos. Y en un mundo que a veces corre muy rápido, jugar es también una forma de cuidar la infancia”, sostiene.
En cuanto a las características que debería tener el lugar, enumeran: juegos con pisos de caucho, toboganes y hamacas al alcance de sus estaturas, túneles, domos, entre otros. “Contar con una plaza con estos tipos de materiales hará que exploren, manipulen y desempeñen el juego de una manera autónoma y segura. El derecho al juego no solo implica la posibilidad de jugar, sino también el reconocimiento de que el juego es esencial para el desarrollo integral, incluyendo sus aspectos cognitivos, emocionales, sociales y físicos”, destaca Paternessi.
Respecto al sitio en el que pretenden que se genere esta nueva opción, entienden que debe ser el Municipio el que lo designe, pero sugieren que sea en la misma Placita de Ejercicios Físicos: “Se la podría modificar para sectorizarla y destinar una parte para niños y niñas de 0 a 5 años”, opinan.
Nosetti y Paternessi se muestran agradecidas con el Honorable Concejo Deliberante “por el espacio y la posibilidad de hablar en nombre de quienes aún no tienen voz, pero sí sueños”, y concluyen: “Sabemos que no es fácil. Que hay trámites, presupuestos, prioridades. Pero también sabemos que cuando hay voluntad, las cosas se logran. Es un pedido de mirada, de cuidado, de respeto por las infancias, de creer que todos los niños, sin importar dónde nacieron, merecen espacios dignos donde jugar”.